Si no me besas me muero- dije un día...
Y no hubo más besos,
Y continuo viviendo.
O eso creo.
Perro sin bozal con dientes rotos,
cojeando enflaquecido,
lamiendo el suelo,
y tragando tierra.
Al final, moviendo el rabo.
Y ahora, a veces, cuando oscurece,
en calles sucias de sucias noches,
en las esquinas y las paradas,
se escapan prestos,
de saliva y lagos, congelados,
con patos y otras zancudas,
que no pueden alzar el vuelo.
(El Jinete Enojado)
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